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¿TIENES GANAS DE RELATOS CORTOS DE ELENA DELAÍ?

¿Leemos?

Me gusta escribir relatos cortos, aunque eso de «corto» depende de la prisa que tengas y de lo aburrido que sea el relato, ¿no?

De vez en cuando descanso de escribir, escribiendo. Cuentos, relatos, memorias, anécdotas, historietas, ficción… Todo es susceptible de convertirse en protagonista de una historia.

Guardo una narración preciosa de cómo llegó un grupo de intrépidos sapos sin hogar, hasta un reguero qué hay cerca de mi casa. Se asentaron formando una pequeña aldea que, con el tiempo, se convirtió en una ciudad increíble.

Pero hoy no es el día de las ranas.

 

Hoy es: El día de los libros voladores.

 

Este relato corto está basado en hechos reales (cómo los títulos de las películas de Antena 3…)

Lo escribí una tarde de esas, en las que apetece bajarse del mundo.

Cuando lo terminé, decidí quedarme un rato más dando vueltas con la Tierra, sobre nosotras mismas y alrededor del Sol.

 

¡Me quedé tan a gusto! 

Ya me contaréis qué os parece.

 

Aquí os dejo unas líneas:

«Ellos, los profesionales de la medicina (tan formales y cumpliendo sus intachables protocolos de mierda) me informaron de que los vértigos vienen siempre acompañados del estómago revuelto (más que revuelto, diría furioso) y de ansiedad.

Uno de ellos me recomendó que, cuando ocurriese, permaneciera con los ojos abiertos mirando a un punto fijo.

¡Cómo si fuera tan fácil!

Lo que te apetece en ese momento es: primero, morirte; y segundo, tener debajo de tus pies algo blando para no romperte la cabeza si te derrumbas y, de paso, cerrar los ojos y agarrarte a ti mismo con fuerza, no sea que salgas disparado de tu propio cuerpo.

Pues no… permanece recta y, en cualquier caso, aunque el chorro de sangre que sale de tu frente abierta decore la alfombra del hostión contra la mesa de cristal, mantén los ojos abiertos como los faros de un tractor y fijados en un punto.

Lo cierto es que funciona.

Consigues que el vértigo potente, en vez de durar cinco minutos, dure cuatro y medio, lo cual es muy importante. Medio minuto es una vida entera.

 El día de los libros voladores. 

¡Fue el mejor día de mi vida!

Sí. Mi salón repleto de libros voladores.» 

 

¿Te parece interesante?

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