¿LEER ES NECESARIO?

Un amigo, al que no le gusta la lectura, me preguntó el otro día: ¿Leer es necesario?

Por supuesto que

NO, leer no es necesario.

Os explico porqué NO es mi respuesta a la pregunta ¿Leer es necesario?

Tener un libro en las manos es un regalo mágico.

Los beneficios de la lectura son infinitos:

Frena el deterioro cognitivo y mejora la memoria.
Ayuda a organizar los pensamientos.
Fomenta la imaginación.
Se activan en el cerebro zonas centrales relacionadas con la capacidad de concentración.
Mejora el sueño.
Leer es un gran ejercicio para la cabeza y el entendimiento, nos aporta numerosos conocimientos, lo cual contribuye a desarrollar nuestra inteligencia y además, la lectura es una gran aliada de la soledad, permitiendo que conectemos con nosotros mismos.

Leer es divertido, apasionante, relajante, entretenido, placentero, tentador, distraído, estimulante, y por supuesto, muy muy interesante.

Pero,

¿Leer es necesario?

¡NO, NO ES NECESARIO!

Los seres humanos, solo los seres humanos, sufrimos de repetitivos, angustiosos e inconscientes ataques de necesidad.

Todo se convierte en necesario.

Creemos, con un convencimiento brutal y fuera de cualquier duda, que necesitamos un coche nuevo, un microondas más rápido, unas vacaciones exóticas, un móvil de última generación.

Es necesario un corte de pelo a la moda, un pantalón para la próxima temporada y que haga juego con el suéter color violeta superpálido que nos regalaron en el cumpleaños, una pareja romántica, más visitas, más amigos, más, más, más…

¿Sigo?

Y creemos que, si no podemos conseguirlo todo, moriremos, o en su defecto, nuestra vida será o seguirá siendo un auténtico asco.

No somos capaces de comprender que para sobrevivir solo es necesario:

Agua y comida

El resto puede que nos apetezca, nos venga bien en ese momento, nos alegre, nos haga la vida más cómoda, nos ahorre tiempo, ganemos seguidores en las redes sociales, aumente nuestra autoestima…

¿Sigo?

Parémonos a pensar. Está comprobado históricamente que las personas son capaces de vivir, incluso sin luz.

SIN LUZ

¿Te lo puedes creer? ¿Y cómo cargaban el móvil?

En fin, leer es un placer, pero no una necesidad.

Ojalá llegara a serlo, ojalá cada persona de este planeta (y de otros planetas también), tuviera cubierta todas sus necesidades básicas y pudiera permitirse el capricho de leer.

Cuánto tenemos que agradecer a Gutenberg los años de arduo trabajo y secretismo, la represión, acusaciones y exilio que sufrió hasta el día en que un arzobispo inteligente reconoció el valor de su invento.

Aunque tuvo que llegar el siglo XIX para que se consolidara la afición a la lectura y el hábito de leer. Gracias al crecimiento demográfico y también al desarrollo y dispersión de la educación obligatoria, creció el número de humanos que aprendieron a leer, sobre todo en Europa.

He querido hacer un pequeño alegato a lo importante, a lo necesario. No un alegato en contra de la lectura.