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INTRODUCCIÓN

 Acumular libros

 

Quiero compartir con vosotros mi experiencia personal sobre por qué no puedo evitar adquirir libros, no importa si son nuevos o de segunda mano, limpios o sucios, de bolsillo o de tapa dura. No me preocupa nada de eso, solo que se puedan leer, aunque no sea inmediatamente.

Esta afición me ha generado problemas a la hora de manejar los pensamientos que surgen de ella.

Empecé a sospechar que tenía un serio problema.

Hasta que leí una publicación que me hizo sentir muy bien. Nombraría el autor, pero no lo recuerdo. Tampoco voy a repetir sus palabras. La cuestión es que hablaba sobre el placer de acumular muchos libros.

Desde que tengo memoria, los libros han formado una parte integral de mi vida. Con mi primer sueldo me compré una colección variada que incluía un diccionario de inglés, uno de español, un atlas mundial, un libro de cocina y seis libros de temas paranormales:

A continuación, me hice socia de un famoso club español de libros que me enviaba un catálogo de novedades cada cierto tiempo y que me dio la vida.

En mi juventud fui bastante viajera y en mi mochila nunca faltaban libros. Podía olvidarme de los zapatos o el cepillo de dientes, pero jamás de un par de libros.

Me encanta tener libros, muchos libros. En mi casa no hay un rincón vacío. He creado un entorno rodeado de historias apasionantes y de deseo de conocimiento.

Sin embargo, esta pasión que me puede, me llena de dilemas existenciales.

 

¿Tengo un problema?

 

 

LA EXPERIENCIA DEL LIBRO FÍSICO

 

Desde el momento en que decido entrar en una librería hasta colocar mi adquisición en la estantería, la experiencia multisensorial que me ofrece un libro físico no se puede igualar de ninguna forma a cualquier formato digital. El tacto del papel, el olor que desprende, el sonido al pasar las hojas. Hay algo muy especial en el simple hecho de sostener un libro en mis manos. Siento una conexión difícil de explicar, una sensación de confort que me provoca felicidad.

 

 

SU BELLEZA

 

Muchas veces me encuentro admirando en silencio mi colección. Me siento orgullosa de cada uno de ellos, de la riqueza visual que ofrecen, de la variedad, de su funcionalidad. Me resulta agradable y me llena de expectativa advertir que hay unos cuantos títulos que todavía no he leído. Saber que están ahí me produce una gratificación inmediata y la seguridad de que nunca estaré sola, de que siempre tendré a mano algo interesante para leer.

 

 

MI BIBLIOTECA

 

Desde la biblioteca más grande del mundo hasta una pequeña librería de barrio me resultan cautivadoras.

La mía es una extensión de mí misma. Los libros que elijo me representan. Muestran mi forma de ser, lo que pienso y deseo y también lo que no. Los tomos ausentes podrían simbolizar lo que no quiero, o quizás sean mis carencias. Algún día reflexionaré sobre esto.

 

 

¿Será bueno o malo tener tantos libros?

 

Hasta aquí todo es positivo, pero a veces me hago la eterna pregunta:

¿Será bueno?

¿Puede que detrás de mi pasión por acumular libros exista un problema psicológico?

Os confieso que no he llegado a consultarlo con un especialista, pero sí he analizado los aspectos positivos y negativos.

 

 

ASPECTOS POSITIVOS

 

No cabe duda que leer enriquece mi mente y amplía mi perspectiva. Cada lectura es una pieza de conocimiento que añado a mi colección. Esto me permite una visión más profunda de las cosas.

Por otra parte, leer fomenta mi creatividad y estimula mi imaginación, ambos aspectos muy necesarios para mi trabajo de escritora. Los conceptos que me encuentro entre palabras inspiran mis pensamientos y colaboran en la creación de nuevas ideas.

Positivo es aprender a comprender a través de la lectura. Mi forma de ver la vida, y en algunas ocasiones, mis valores, se han modificado por la influencia de increíbles narrativas que han llegado a mis manos. Me han ayudado a entender la complejidad del ser humano, aunque no las razones.

Por último, y no menos importante: el placer. Tener libros cerca es igual que estar rodeado de personas que quieres y que siempre tienen algo interesante que decir.

Mi biblioteca es mi refugio. Los libros no cesan de ofrecerme un lugar seguro, momentos estables, escenarios controlados y una paz infinita. En un mundo incierto habitado por personas que me desconciertan, una buena historia me hace feliz.

 

 

ASPECTOS NEGATIVOS

 

Voy a esforzarme en encontrar aspectos negativos.

¿Desgaste económico?

¿Falta de espacio en mi casa?

¿Ansiedad por no tener tiempo suficiente para leer toda mi colección?

¿Aislamiento social?

Podría ser, aunque no en mi caso.

Tengo argumentos capaces de rebatirme a mí misma. Como todo en la vida, la clave está en el equilibrio

En primer lugar, el gasto económico. La necesidad de equilibrar mi pasión por recolectar libros con mi economía me ha llevado a permitirme solo y exclusivamente gastar en este hobby. Es mi prioridad. El resto, descartando por supuesto los gastos primordiales para subsistir, no me interesa. Como soy muy consciente de que acumular libros no es una necesidad, no me supone un problema dejar de hacerlo. Así me va muy bien.

No tengo dificultades con el espacio. Y no porque mi casa sea enorme, sino porque soy selectiva con mis adquisiciones, no me molesta ver libros en cualquier lugar al que mire, al contrario, me agrada mucho y, además, sé cuándo debo frenar.

Respecto a la ansiedad por no tener tiempo para leer todo lo que tengo, que puedo decir. Si en alguna ocasión estoy ansiosa, precisamente el paisaje que me rodea consigue relajarme. No me importa leer un libro en un día o en un mes. Ellos son fieles, no se van a ninguna parte, siempre están ahí, esperan su momento sin presionar… Me siento tranquila sabiendo esto.

¿Aislamiento social? Este aspecto no me preocupa en absoluto. Prefiero la compañía de mis libros que siempre desprenden energía positiva.

 

REFLEXIÓN PERSONAL

 

No encuentro nada negativo en tener más libros de lo que podría considerarse «normal»

Es importante ser consciente de los inconvenientes que pueden surgir si te dejas llevar por esta pasión, o cualquier otra. Pero siempre que se encuentre un saludable equilibrio, es fantástico.

En definitiva, acumular libros es una pasión que me define y me llena de felicidad. Se trata de algo mucho más importante que amontonar objetos. Es un deseo de entender el mundo, una manifestación de curiosidad, alegría, reflexión, bienestar, consuelo, compañía, conocimiento, inspiración, seguridad y mucho más…

Seguiré guardando cada libro y cada fragmento de sabiduría que encuentre en sus páginas como si fueses tesoros. Es una fuente de inmensa satisfacción.

 

¡Gracias por acompañarme en este viaje de palabras!

 

¿Y tú? ¿Acumulas libros?

 

¿Cuál es tu pasión?

 

 

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